31 de agosto de 2009

Sobre estar vivo

Parte II - A alegoria do banqueiro e a alegria

Federico Garcia Lorca, granadino, andaluz, vivia em Nova York quando o crack da bolsa ocorreu, em 1929..

De lá, ele escreveu uma carta para sua família, para retratar um pouco o dia em que a cidade virou de pernas para o ar.

“Estos dias he tenido el gusto de ver... (o el disgusto)… la catástrofe de la bolsa de New Cork. (…) Yo estuve más de siete horas entre la muchedumbre en los momentos del gran pánico financieiro. No me podía retirar de allí. Los hombres gritaban y discutían como fieras y las mujeres lloraban en todas partes; algunos grupos de judíos daban grandes gritos y lamentaciones por las escaleras y las esquinas. (…) Los botones de la Bolsa y los bancos habían trabajado tan intensamente llevando y trayendo encargos, que muchos de ellos estaban tirados en los pasillos sin que fuese posible despertarlos o ponerlos de pie.

(…)

Cuando salí del aquel infierno en plena Sexta Avenida, encontré interrumpida la circulación. Era que del 16 piso del Hotel Astor se había arrojado un banquero a las losas de la calle. Yo llegué en el preciso momento en que levantaban al muerto. Era un hombre de cabello rojo, muy alto. Sólo recuerdo las dos manazas que tenía como enharinadas sobre el suelo gris de cemento.

Este espetáculo me dio una visión nueva de esta civilización, y lo encontré muy natural. No quiero decir que me gustara, pero sí que lo observé con gran sangre fría y que me alegré mucho de haberlo presenciado. Desde luego era una cosa tan emocionante como puede ser un naufragio, y con una ausencia total de cristianismo. Yo pensaba con lástima en toda esa gente con el espíritu cerrado a todas las cosas, expuestos a las terribles presiones y al refinamiento frío de los cálculos de dos o tres banqueros dueños del mundo.

Después de ese día me fui a buscar a mis amigos rusos tan llenos de espíritu, casi locos, pero vivos y sangrantes ante el espectáculo de la vida”.

Vinicius reavivou a alegoria no poema "olha aqui Mr. Buster". Mas esse eu não reproduzo, vocês podem ouvi-lo declamar!

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